Patio interior del Hostal Camino de Hierro. Foto: Ismael Francisco/Cubadebate. |
Consciente de sus fortalezas y orgullosa de sus peculiaridades, Camagüey busca posicionarse hoy como una plaza fuerte para el turismo de ciudad, que cautive a los que arriban a ella no solo con su arquitectura, sino también con su inmensa riqueza cultural, tangible e inmaterial.
En este 2014, fundamentalmente en el contexto del aniversario 500 de la otrora villa Santa María del Puerto del Príncipe, uno de los asentamientos fundacionales de los colonizadores europeos en la conquista de Cuba, la industria del ocio en la región se ha revitalizado, y ha apostado seriamente por inversiones que rescaten espacios representativos de la urbe para convertirlos en productos de alto estándar como hostales, bares temáticos y centros recreativos y culturales, entre otras ofertas que complementan las potencialidades de la urbe en materia cultural.
Reconocida en Cuba como una plaza artística fuerte, la centro-oriental ciudad tiene, entre otras emblemáticas instituciones, uno de los museos más completos del país, el Provincial “Ignacio Agramonte y Loynaz”, con la segunda colección de pintura cubana más importante, después de la del Museo Nacional de Bellas Artes, con obras que van desde el grabado del siglo XIX, hasta la de artistas de los siglos XX y XXI, incluida la de pintores locales con gran reconocimiento nacional e internacional.
Algunos de ellos, como Marta Jiménez, Joel Jover e Ileana Sánchez, constituyen además puntos de referencia en los recorridos por la urbe, pues han sacado sus obras a la calle, como los gatos de Ileana y las chismosas de Marta, y sus galerías se encuentran en las principales plazas del centro histórico, donde el visitante puede llegar, tomarse fotos y llevarse consigo un pedacito del buen arte que se hace en la isla caribeña.
El incremento de la planta hotelera es uno de los desafíos fundamentales para el sector del turismo en el territorio. Por ello, edificios emblemáticos que permanecían cerrados, o en uso por organismos estatales en las principales calles comerciales de la urbe, fueron rescatados y convertidos en hostales de lujo, como el Camino de Hierro, que posee en una de sus suites muebles pertenecientes a la familia de Amalia Simoni Argilagos, esposa del patriota Ignacio Agramonte, héroe de una tierra que lo venera eternamente. Otros como El Marqués, La Avellaneda, o Santa María, aún con una parte en construcción, aseguran un tranquilo descanso en la ciudad de los tinajones.
La gastronomía es una de las ofertas de lujo para el visitante, tanto si opta por las opciones del sector estatal, como por las de los restaurantes privados, actividad con gran empuje y crecimiento en Camagüey desde la flexibilización del trabajo por cuenta propia. En el primer caso destaca el emblemático complejo La campana de Toledo, de la Cadena Extrahotelera Palmares, con casi 30 años de experiencia e ideal para el disfrute en grandes grupos, por la amplitud de su bello patio colonial, donde se recibe y despide a los clientes con un toque de campana.
Entre los de gestión no estatal, por su parte, sobresale el restaurante Mesón del Príncipe, uno de los primeros en Cuba con aval ambiental otorgado por el Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente, reconocido por la Oficina del Historiador de la Ciudad de Camagüey por la labor de restauración del local que lo acoge, y también entre los primeros de la ciudad en firmar convenios de trabajo con agencias estatales del Ministerio de Turismo.
Sus calles sinuosas, laberínticas y retadoras, en ocasiones incluso para los propios moradores, nunca han sido impedimento para que Camagüey sea un lugar preferido por miles de visitantes, que llegan atraídos por los encantos de una ciudad donde se conservan, como en pocas de Latinoamérica, los rasgos de las urbes medievales españolas, sobre todo por el trazado vial, cuyo tramo más antiguo en el centro histórico es Patrimonio Cultural de la Humanidad desde 2008.
Le queda entonces el reto de consolidar su estrategia para posicionarse como destino importante, pues una urbe orgullosa de sus tradiciones, costumbres e idiosincrasia, merece mostrarse al mundo.
Hostal Camino de Hierro.
Foto: Ismael
Francisco/Cubadebate.
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Camagüey. Foto: Ismael Francisco/Cubadebate.
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Vista de la Iglesia de la Soledad, desde el Hostal Camino
de Hierro.
Foto: Ismael Francisco/Cubadebate.
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Hotel Plaza. Camagüey. Foto: Ismael Francisco/Cubadebate.
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Las chismosas, obra de Marta Jiménez, en la Plaza del
Carmen.
Foto: Ismael Francisco/Cubadebate.
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Plaza de San Juan de Dios. Camagüey. Foto: Ismael
Francisco/Cubadebate.
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Las chismosas, obra de Marta Jiménez en la Plaza del
Carmen.
Foto: Ismael Francisco/Cubadebate.
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Plaza San Juan de Dios. Foto: Ismael
Francisco/Cubadebate.
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El aguador. Plaza del Carmen. Foto: Ismael
Francisco/Cubadebate.
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Tejado típico de Camagüey. Foto: Ismael
Francisco/Cubadebate.
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Restaurante La Campana de Toledo. Foto: Ismael
Francisco/Cubadebate.
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Traslación, de la artista Marta Jiménez,
Premio Unesco al
Mejor Conjunto Arquitectónico de la Plaza del Carmen.
Foto: Ismael
Francisco/Cubadebate.
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Calle República. Foto: Ismael Francisco/Cubadebate.
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Plaza del Carmen. Foto: Ismael Francisco/Cubadebate.
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Vista de la Iglesia de la Soledad, desde el Hostal Camino de Hierro.
Foto: Ismael Francisco/Cubadebate. |
Plaza del Carmen. Foto: Ismael Francisco/Cubadebate.
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Articulo tomado de Cubadebate. Texto de Lianet Leandro López
Fotos de Ismael Francisco, Fotorreportero de Cubadebate.