Una
pagoda de nueve pisos se erige a un costado del ingreso de esta ciudad,
caracterizada por sus canales de agua y puentes de piedra que recuerdan
nítidamente a la ciudad de Venecia, Italia.
CASA
CON HISTORIA
Por
las calles ubicadas a los bordes de los canales el tránsito de turistas es
constante. Los comercios se han apoderado del que alguna vez fue un importante
centro de distribución de mercancías. No obstante, todavía existen antiguas y
elegantes casas residenciales en muy buen estado de conservación, como la Casa
Sheng, construida en 1742.
La
residencia consta de siete patios y salas distribuidos en tres secciones. La
primera de ellas se encuentra cerca al canal y está formado por la puerta de
ingreso y el muelle para embarcaciones. Más adelante están la sala de té y el
salón principal destinado a la atención de invitados y las celebraciones de
ceremonias importantes, como bodas y funerales. En la parte trasera están los
cuartos privados y el área de cocina.
Las
paredes que conducen a la salida están adornadas con figuras y pictografías en
alto relieve alusivas a la época de la dinastía Qing, tiempo durante la cual se
edificó esta construcción.
SÍMBOLOS
DE LA CIUDAD
Los
puentes de este pueblo de profundas raíces culturales, y en cuyas calles se
respira un ambiente tradicional, también tienen una historia de contar. Por
ejemplo, los Puentes Gemelos, o Shuang qiao, que datan de la época Wanli
(1573-1619) de la dinastía Ming, se han convertido en el símbolo de Suzhou.
El puente Shide tiene arco redondo y va de este a oeste, mientras que el puente Yongan está orientado de norte a sur y tiene un arco cuadrado. Los puentes, que cruzan dos ríos distintos, se conectan exactamente a la mitad y según los entendidos esa unión les da forma de una antigua llave china. En total son 14 los puentes construidos en Suzhou, pero estos últimos son sin duda los más fotografiados.
PARA
COMPRAR
Hay
algo a lo que ningún turista que llega por primera vez a este pueblo se
resiste, la compra de ‘souvenirs‘, y en Suzhou hay de sobra. En los comercios
ubicados en sus estrechas calles venden desde pinturas hasta abanicos. También
hay restaurantes que ofrecen una experiencia culinaria única, salones de té,
textiles y bodegas artesanales donde preparan el famoso licor de arroz.
Saliendo
del pueblo puedes encontrar una tienda de cartón, es decir, donde encontrarás
todo tipo de artículos hechos con este material: desde autos y trenes de
juguete hasta pequeños robots. Si eres curioso, puedes ingresar al jardín
adyacente, en el que te asombrarás con reproducciones a escala de famosos monumentos
arquitectónico, como la Torre Eiffel, la Perla del Oriente (Shanghai), la torre
de Pisa o la Torre Arábiga de Dubai. Todas ellas, por supuesto, hechas de
cartón.
Suzhou
es un lugar ideal para visitar a cualquier hora del día. El frío otoñal con que
nos recibió no aplacó para nada el interés por recorrerla al milímetro. Aunque
las calles y puentes de piedra mojadas por la lluvia pueden jugarle una mala
pasada al visitante desprevenido.
Tomado de kuviajes
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