Una de las compañías más especializadas en este tipo de cruceros es Croisi Europe que propone cruceros de seis u ocho días que permiten apreciar en toda su belleza la región.
La aventura es apasionante y el espectáculo inquietante y grandioso. Unos doscientos millones de cepas de vid, sostenidas por espalderas y alineadas en estrechas terrazas, han ido sustituyendo a los antiguos bosques de alcornoques, chaparros, acebuches y encinas. Y siguen aún colonizando inverosímiles laderas, trepando en ordenadas filas por arduas pendientes. Cierto es que aquí y allá quedan grandes espacios boscosos, particularmente en las zonas menos accesibles, pero las altas riberas del río y sus proximidades son dominio de la vid sobre las ásperas pizarras.
Más de
Hasta hace menos de veinte años, esas viñas tan delicadamente cuidadas se dedicaban casi en exclusiva a los afamados vinos porto o de Oporto, aquellos a los que se frena la maceración y se enriquece con aguardiente (con brandy en tiempos pasados), con lo que resultan más dulces y con superior grado alcohólico.
Pero más tarde, desaparecidas las antiguas normas, se empezaron a elaborar vinos tintos de mesa que están hoy a la cabeza de los grandes caldos europeos. Hermanos de los de la ribera española del Duero, los de Toro y los de la vecina Fermoselle, recién recuperados: una larga letanía de placenteras glorias. Desde que en 1960 se realizara el último transporte de barricas por el río -dominados los antiguos rápidos por presas y esclusas-, el vino no suele ya reposar en la ciudad de Oporto, mejor dicho, en la ciudad de la ribera izquierda, Vila Nova de Gaia; se despacha directamente desde un enjambre de quintas (fincas con casa y bodegas) que puntean el paisaje.
Una red de antiguas familias, muchas emparentadas entre sí, mantiene vivo y brillante ese mundo orgulloso, tradicional y gentil. Palacetes con muros ocres, grandes estancias llenas de muebles clásicos, hermosas capillas o ermitas campestres se enhebran mediante modestas carreteras y estrechos caminos colgados literalmente de los abismos. Hay quintas con dos siglos y medio de historia y muchas aceptan a los visitantes. En el crucero propuesta por Croisi Europe, y tras pasar por la mayor esclusa de Europa, la de Carrapatelo con
Solar de Mateus en Vila Real
Mientras el barco avanza, cientos de quintas ubicadas en las márgenes del río, se despliegan ante el visitante a través de la belleza de sus impactantes paisajes, donde se aprecian las terrazas, que llegan hasta los
Y durante todo el recorrido uno se pregunta cómo hicieron estos hombres para plantar las vides en esos relieves imposibles de los bancales escalonados en las montañas que muchas veces no admiten más que dos líneas de viñas contenidas por muros de pizarra seca, una roca homogénea de grano muy fino, opaca y tenaz como el sueño de los que hace siglos trabajan en las cosechas. Pero aunque los viñedos son, sin duda, los protagonistas, también vale la pena apreciar el otro paisaje interminable de castaños, olivos, eucaliptos, aguas claras de riachuelos, aldeas tranquilas, gente laboriosa y sosegada y, a veces, la aparición de construcciones (iglesias o palacetes) con estilo renacentista o barroco que testimonian épocas de gloria del pasado portugués.
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