Fiestas populares, tradiciones milenarias y costumbres
llenas de color. México lo tiene todo listo para unas de sus ceremonias más
importantes: el Día de Muertos, que se celebra del 1 al 2 de noviembre en todo
el país, se ha convertido en un acontecimiento único que turistas de todo el
mundo esperan con expectación.
Llamativos y coloridos altares, que adquieren mayor
solemnidad por la noche, son visitados por cientos de personas que elevan sus
plegarías hacia sus seres queridos en una atmósfera llena de misticismo.
Los altares tienen un valor especial. Las ofrendas que se
colocan representan los cuatro elementos de la naturaleza: tierra, simbolizada
por frutos; viento, representado por papel picado o papel de china; agua,
colocada en un recipiente para que las almas que nos visitan calmen su sed
después del largo camino que recorren para llegar hasta su altar; y,
finalmente, el fuego en las velas.
Otros elementos que se pueden apreciar en los altares son
el pan de muertos, las calaveras de azúcar, los dulces de calabaza, mezcal o
tequila, un plato con sal, así como una cruz que señala los cuatro puntos
cardinales para que el alma encuentre su camino de ida y de regreso.
Las celebraciones más conocidas en el país y a nivel
mundial son las de Ciudad de México
y el festival de las calaveras en Aguascalientes.
Sin embargo, puedes elegir otros destinos, como Michoacán, Campeche, y Oaxaca,
en los que tu experiencia durante el Día de Muertos será más íntima y
acogedora.
En Aguascalientes
tiene lugar una de las fiestas más importantes de estos días: el Festival de
las Calaveras, que se celebra este año del 30 de octubre al 8 de noviembre.
Esta festividad surgió con el fin de rendir homenaje a José Guadalupe, creador
de La Catrina, una de las imágenes más icónicas del país. En su famosa
caricatura, Posada retrató una calavera vestida con un sombrero francés de
plumas, en alusión a los mexicanos que aspiraban a ser europeos, renegando así
de sus orígenes.
Durante una semana, en este divertido festival se
realizan múltiples actividades como conciertos musicales (destaca el de la
Orquesta Sinfónica de Aguascalientes), representaciones teatrales, eventos
deportivos, proyecciones de cine, exposiciones de arte y diseño, talleres,
degustaciones culinarias y muchas más. Y, por supuesto, no puede faltar el
evento estrella: el desfile de disfraces de Calaveras.
Desde las flores que adornan el Paseo de la Reforma hasta
los museos donde se colocan ofrendas, México D.F. se llena de colores en estas
fechas. Uno de los lugares de visita imprescindible es el Barrio Mágico de
Mixquic, en el extremo sureste del Distrito Federal, cuyo panteón de San Andrés
es el espacio principal. Otros sitios que merecen la pena visitar son Ciudad
Universitaria, donde tiene lugar la ofrenda más grande y multitudinaria y el
Museo Dolores Olmedo, en Xochimilco. Una magnífica oportunidad de conocer esta
arraigada tradición mexicana, de la mano de los vecinos de la ciudad.
El 1 y 2 de noviembre se rinde homenaje a los del Más
Allá en todo Michoacán, pero de
manera significativa en los municipios y comunidades de la región de Pátzcuaro.
Esta festividad indígena fue proclamada obra maestra del patrimonio oral e
intangible de la humanidad por la UNESCO en 2003.
Animeecheri k’uinchekua |
En este lugar, la noche de muertos es una celebración
milenaria que entre las comunidades purépechas se conoce como animeecheri
k’uinchekua ‘fiesta de las ánimas’. En ella se recuerda a las personas amadas
que ya han muerto. Los panteones y casas donde se hace “La espera” se cubren
con flores de cempasúchil, velas, fruta, pan e incienso. Tradición, misticismo
y sentimiento en estado puro se dan la mano en esta festividad única en el
mundo.
Campeche: el amor
se lleva en los huesos
Las ofrendas que se hacen a los muertos son todos
aquellos productos que les solía gustar. En el caso de los Chichan-pixán o
almas de los niños, se colocan juguetes, tradicionalmente silbatos de aves o
animales hechos de forma burda con pasta de barro o arcilla y pintados con
colores por los niños de la casa, dulces entre los que destacan las cocadas, el
dulce de papaya y de calabaza.
Para las almas de la gente mayor o Nochoch Pixán, se
colocan los gustos de aquellos que ya partieron. De este modo, se puede
observar además de los dulces ya mencionados, tabacos o cigarrillos, refrescos,
café, pozol (bebida a base de maíz), salsas, artefactos preferidos del difunto
o difuntos, así como sus fotografías.
La celebración del Día de Muertos es una de las
festividades con mayor arraigo en Tuxtepec
y a través de olores, colores y
sabores, rememora la presencia de los seres queridos fallecidos. Lo que más caracteriza a los altares de
Tuxtepec son sus tapetes de aserrín. Con motivos religiosos, florales y de
muchos colores, estos tapetes se comienzan a hacer desde días antes para que
queden listos las noches del 1 y 2 de noviembre. Poco a poco y con precisión
milimétrica, las rosas, los santos y las grecas van tomando forma y color, y el
naranja de las flores de cempasúchil es sólo uno más de los colores de estos tapetes. Un espectáculo de luz y color que impresionará al
viajero.
Altar de Muertos en Tuxtepec Oaxaca
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Texto tomado de Expreso. Redacción. A.F
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