El
país checo guarda otras ciudades como Cheb, Cesky Krumlov o Karlovy Vary en los
que sus callejuelas laberínticas, frondosos bosques y castillos conceden un
romántico ambiente a cada de estas ciudades.
La magia de Cheb
Cheb
es una de las ciudades checas más antiguas y valiosas desde el punto de vista
histórico. La a gran cantidad de monumentos históricos perfectamente
conservados y un ambiente medieval singular, hacen de Cheb una de las ciudades más hermosas de la
República Checa.
Al
pasear por la plaza medieval de Cheb, a primera vista le llama la atención el
símbolo de la ciudad, Spalícek, que significa Taco. Este pintoresco conjunto de
once casas comerciales medievales se fue construyendo desde el siglo XIII. En
sus cercanías se alzan las dos torres altas de la iglesia gótica de San
Nicolás. Aquí hay que visitar el recinto del castillo de más de ochocientos
años de antigüedad. Una parte de la fortificación románica que se ha conservado
hasta hoy incluye la Torre Negra y la capilla del castillo.
Cesky Krumlov:
detener el tiempo
Quienes
sueñan con detener el tiempo deben viajar a Ceský Krumlov. Un lugar de
estrechas callejuelas tan laberínticas, que se tiene la sensación de haber sido
trasladado de repente a otro siglo. Hay pocas ciudades que han mantenido hasta
el día de hoy su carácter medieval y renacentista, y mucho menos lugares con un ambiente cuya tranquilidad sea
tan difícil de describir.
La
ciudad, dominada por un robusto castillo y un palacio, sigue guardando muchos
secretos remotos: aquí, a cualquier paso se encuentran testigos mudos de
historias antiguas. Como aquellas que están relacionadas con uno de los linajes
aristocráticos más poderosos de antaño que llevaba en su blasón una rosa de
cinco pétalos. Esta estirpe residió en el castillo de Krumlov a lo largo de
tres siglos, transformándolo en una pomposa residencia renacentista que debió
asemejarse a la Praga de los reyes.
Cesky Krumlov |
Región de Karlovy
Vary: entre manantiales termales
La
región debe su nombre al rey checo Carlos IV, quien a mediados del siglo XIV,
descubrió que los manantiales termales que brotan en el valle del río Teplá
poseen extraordinarios efectos curativos. Por ello mandó construir en medio del
bosque un balneario al que pronto empezaron a llamar con su nombre (Karlovy
Vary – Termas de Carlos). Siglos después se convirtió en el destino termal más
importante de la República Checa.
Un
lugar para dejarse llevar por la palpitante vida de las cinco columnatas de
Karlovy Vary y donde sorprenderán gratamente los artistas callejeros o los
pequeños comerciantes.
La
Columnata Vridelni (en español columnata termal) es el mejor lugar para
comprender qué tipo de extraordinaria energía descansa bajo la ciudad. Asentada
sobre el géiser con las reservas de agua más importantes, llamada Vrídlo. Aquí,
las aguas minerales que tienen una temperatura por encima de los 73°C emanan
por la presión en un chorro que alcanza una altura de hasta 12 metros. Tras
contemplar tal espectacular escena, hay que visitar la exposición instalada en
la zona subterránea de la columnata, donde conocer más sobre los extraños
microorganismos perfectamente adaptados a estas condiciones extremas o aprender
cómo se consigue sedimentar el agua termal en los souvenir de Karlovy Vary.
Karlovy Vary |
Paseando por Praga
La
capital checa es un lugar de ensueño en el que siempre es San Valentín por su
ambiente singular. Si hubiera que nombrar el lugar más romántico de Praga ese
sería Petrín, un lugar por el que pasear y desde el que obtener unas vistas
inigualables de la ciudad. La visita ineludible está junto a la estatua del
escritor romántico Karel Hynek Mácha, donde se reúnen las parejas y, según la
leyenda, el amor sellado aquí con un beso persistirá para siempre.
En
el recorrido por Praga, hay que vivir el encanto indescriptible de la isla
Kampa, justo debajo del Puente de San Carlos, en el barrio de Malá Strana.
Kampa está separada de la tierra por un canal de molino llamado Certovka donde
hoy en día se puede ver la rueda del molino girando. Justo detrás, hay un
puentecito, en cuyas rejas las parejas cuelgan candados como símbolo de amor
eterno. Este paseo por calles con casas de coloridas fachadas, rincones
románticos y placitas es uno de los más hermosos de Praga. Al atardecer además,
se puede ver en muchos sitios a un farolero vestido con traje de época, encendiendo
manualmente las centenarias farolas.
Charles Bridge and the Vltava River |
Otro
de los lugares que no hay que perderse es el Palacio de Troja, en el que se han
dado su “sí, quiero” miles de parejas de todo el mundo. Los testigos de su boda
han sido, por ejemplo, la monumental escalera barroca o el elegante jardín,
catalogado como uno de los más bonitos de Praga. Desde aquí se puede observar
la perfecta armonía de la arquitectura y jardinería o ir al cercano Jardín
Botánico. El invernadero llamado Fata Morgana, guarda un mundo de plantas y
árboles exóticos en flor, donde las mariposas sobrevuelan sobre las cabezas
creando un maravilloso ambiente, difícil
de abandonar.
La
esencia del romanticismo también se encuentra en el precioso barrio Nuevo
Mundo, es decir, Novy Svet, cerca de la Plaza del Loreto. Un paseo entre
casitas de colores con ventanas llenas de flores, a través de las que se puede
ver a un artista local haciendo su trabajo, ya que éstos tradicionalmente
buscan este lugar único para sus estudios.
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