ENRIQUE
SANCHO – Tampoco faltan las estatuas, fuentes, terrazas, escaleras, puentes,
invernaderos y… naturalmente, un tradicional molino holandés, que sirve para
mostrar cómo se elaboraba la harina y desde el que se obtiene una preciosa
perspectiva sobre todo Keukenhof y los interminables y floridos campos de
plantaciones.
El
parque primaveral más bonito del mundo cumple 64 años desde su inauguración y
ha sido visitado por más de 50 millones de visitantes en este tiempo. Pero pese
a su edad, está más joven que nunca, con la primavera mostrándose en todo su
esplendor de flores y colores. Además de los millones de bulbos en flor y las
fantásticas exhibiciones de flores, Keukenhof tiene el mayor jardín de
esculturas de los Países Bajos y es el lugar más fotografiado del mundo.
Conocidos como los “jardines de Europa”, Keukenhof son seguramente de los más
hermosos que existen. Inconfundibles por sus brillantes colores, su variedad de
flores y sus paisajes naturales con más de 15 kilómetros de senderos por los
que pasear contemplando los conjuntos florales.
Curiosamente,
este enorme jardín propone, entre sus apuestas didácticas, por los jardines
mínimos, lo que se ha dado en llamar Jardín 2.0, pensado para pequeños espacios
urbanos, considerando que la dimensión del jardín no es lo que más importa; se
trata más de lo que allí crece y florece, la decoración y el cuidado. Cada vez
el jardín pasa a ser una parte más importante de la vida diaria, por eso es
necesario una nueva interpretación. En Keukenhof se presentan siete espléndidos
jardines de inspiración contemporánea, con el formato de un jardín trasero,
adornados por preciosas flores holandesas según la tendencia. Una tendencia
desarrollada en varios estilos, que muestra las preferencias mundiales e
inspira a los visitantes que trabajen en su propio jardín.
Este
año, también, habrá un tema monográfico dedicado a “Reino Unido: tierra de
fabulosos jardines”, homenajeando así a uno de los países con una mayor
variedad de jardines y uno de los más importantes exportadores de bulbos de
flores. Entre las múltiples actividades organizadas en torno a este tema,
destaca el espectacular mosaico de 60.000 flores representando el Big Ben y el
Puente de la Torre (Tower Bridge). En uno de los pabellones del parque, también
se podrá visitar la exposición ‘Mi gran jardín’, que mostrará los distintos
aspectos de la horticultura y el paisajismo británicos, asombrando sin duda al
visitante por su combinación de fotos, luz y sonido.
Una larga historia
Keukenhof,
junto a la pequeña ciudad de Lisse, a sólo 40 kilómetros de Ámsterdam, nació en
1949 como escaparate de los productores holandeses de bulbos que querían
mostrar la calidad de sus flores a los posibles clientes. Los diez activos
floricultores que tomaron la iniciativa consiguieron que les cediesen este
parque centenario que, según los historiadores, había pertenecido a la duquesa
Jacoba de Baviera en la primera mitad del siglo XV, quien lo utilizaba para
descansar, cazar y recoger plantas que luego se utilizaban para cocinar en el
castillo, de donde vino el nombre de Keukenhof (jardín de la cocina). Hacia
1830, se encomendó al arquitecto paisajista Zocher el diseño de unos jardines.
Inspirándose en los paisajes ingleses, Zocher trazó los rasgos generales del
actual Keukenhof.
Pero
lo que empezó siendo casi una íntima muestra comercial se ha convertido, casi
sesenta años más tarde, en uno de los lugares más espectaculares de Europa y el
principal atractivo turístico de Holanda en primavera, al que acude cada año
más de un millón de personas. El jardín también puede visitarse en la llamada
“barca de los susurros”, embarcación que navega por los canales respetando el
medio ambiente casi sin hacer ruido o sobrevolarse en un histórico Dakota.
Los
visitantes pueden recorrer sus más de quince kilómetros de paseos y senderos
bordeados de flores y plantas, detenerse ante los diferentes jardines
temáticos: aromático, abstracto, multicolor, de estilo renacentista, acuático…,
contemplar la deliciosa exposición permanente de orquídeas o tomar ideas de los
jardines en miniatura para trasladarlas a su jardín particular.
De
hecho, el aspecto pedagógico de Keukenhof es muy importante. A lo largo del
parque hay diferentes puestos de información que proporcionan material de
documentación sobre la forma correcta de usar el agua, el modo y profundidad de
plantar los bulbos, los cuidados en invierno, etc. También hay diferentes
tiendas que venden bulbos, semillas, libros especializados, pequeñas
herramientas para el jardín, abonos…
Un gran negocio.
Aunque
el tulipán es sin duda el símbolo floral holandés —hace unos años celebró
oficialmente sus cuatro primeros siglos de vida, y desde siempre ha sido fuente
de inspiración para artistas y poetas—, las flores, en general, son, además, su
gran industria. La producción holandesa, que incluye flores cortadas, plantas,
bulbos y productos de floricultura, ronda los 4.000 millones de euros y su
cuota entre los países exportadores supera el 60 por ciento.
Para
obtener una idea de lo que el mundo de las flores representa para Holanda, vale
la pena visitar Aalsmeer, a pocos kilómetros de Keukenhof, donde cinco veces
por semana tienen lugar subastas de flores que son vendidas a todo el mundo.
Cada día pasan ante los expertos ojos de los compradores 14 millones de flores
y un millón y medio de plantas, y se realizan más de 50.000 transacciones a un
ritmo frenético. Dos mil camiones se apañan para salir cada día del gigantesco
edificio y llevar su carga por todo el mundo. Curiosamente, entre los más de
10.000 millones de flores que se venden cada año, tres especies superan al
tulipán: rosa, crisantemo y clavel; pero ninguna de ellas logrará jamás
desplazar al símbolo holandés por excelencia.
DATOS PRACTICOS
COMO
IR: Para llegar a Keukenhof, puede optarse por contratar una excursión
organizada en cualquiera de los muchos puntos de venta que hay en la ciudad,
que suelen incluir otras visitas, como el centro de subastas de Aalsmeer, o
tomar el tren hasta la cercana localidad de Leiden y desde allí un autobús
expreso a Keukenhof. Durante la temporada de apertura de Keukenhof hay
autobuses directos desde el aeropuerto de Schiphol (línea 858) y desde la
estación central de Leiden (línea 854). Hay entradas combinadas denominadas
Rail Idee, en las estaciones de tren holandesas. Sin duda una de las mejores
formas de llegar a Keukenhof y disfrutar de los campos de flores, llenos de
colorido, que lo rodean es hacer una preciosa ruta de 25 kilómetros en
bicicleta por estos campos de jacintos, narcisos y tulipanes. La entrada de
adultos cuesta 15 euros, niños (4 a 11 años) 7,50 €.
INFORMACION:
Oficina de Turismo de Holanda, Tel.: 91 749 80 82, www.holland.com
ywww.keukenhof.nl
Más
información y reservas en las oficinas de Viajes
Altamira
Santander: 942-229099 martillo@viajesaltamira.com
Gijón: 985-354339 asturias@viajesaltamira.com
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