1.
Artículos de aseo. ¿Te llevas dos botes a la ducha? Yo no, me gusta lavarme el
pelo e irme de vacaciones con la cantidad adecuada de producto (shampoo,
acondicionador, desmaquillador, crema solar, etc.) en botecitos de plástico de
100 ml. Deja las botellas grandes en casa. Sólo puedes llevar una bolsa de
plástico con los artículos de aseo en tu equipaje de mano. Y recuerda, ¡también
venden shampoo en Australia, Grecia, China, etc!.
2.
Lecturas de viaje. No hablamos de ‘Guerra y Paz’ de León Tolstói, incluso una
edición de bolsillo puede añadir peso a tu equipaje y ocupar un espacio
valiosísimo. Llévate solamente un libro y cuando te lo acabes lo intercambias
con otro viajero que se hospede donde tú estarás. Aunque la respuesta obvia es
que si no quieres renunciar al placer de la lectura inviertas en un libro
electrónico. Eso sí, que no se te caiga en la piscina.
3.
Ropa (que compraste en el último momento). Bueno, está claro que tienes que
llevarte algo de ropa, aunque te vayas a Cap d’Agde (sitio nudista en Francia),
pero sé implacable. Asegúrate de probarte todo lo que te llevas antes de
partir, cabe la posibilidad de que quieras comprar todo lo que encuentres por
la ciudad para llenar tu armario de vacaciones. Ve a por lo seguro y llévate
tus atuendos favoritos; nadie en Corfú (isla griega) sabrá que ya los has
llevado 236 veces.
4.
Comida. ¡Estás de vacaciones! Sumérgete en una cultura nueva y desconocida.
Deja las comodidades de casa bien lejos. Así que nada de alimentos para llevar.
Prueba lo que el país que visitas tenga que ofrecerte.
5.
Planchas para el pelo. Toda chica sabe que las planchas para el pelo son tan
importantes como la sesión de maquillaje antes de una noche de diversión. ¡No!
Déjalas. Abre los ojos e imagina la libertad de no tocarte el pelo después de
ir a la playa o tras levantarte. Haz que parezca que sales del agua, no de la
peluquería.
6.
Objetos de valor. Aunque la habitación de tu hotel tenga caja fuerte las 24
horas, puedes acabar perdiendo tus objetos de más valor. Que tengas cuidado en
las callejuelas de Montevideo no es incompatible con olvidar el Rolex en el
avión. Deja los objetos de valor económico o sentimental en el joyero de casa o
con tus ositos de peluche. No vale la pena.
7.
Toallas. La mayoría de hoteles de cierta categoría proporciona toallas, así que
deja la tuya colgada en el baño de casa. Si viajas con muy poco equipaje,
llévate una toalla de viaje de microfibra; absorbe que da gusto y se seca en un
santiamén. Las hay que hasta tienen un clip para engancharlas a la mochila y
que se sequen mientras te mueves. Las toallas de playa ya son otra cosa.
8.
Guías de viaje. Aunque sean unos grandes libros de referencia, “Recorrer Europa
por muy poco dinero” o “La guía fotográfica de los países del mundo” tienen que
quedarse en casa. Cómprate la versión electrónica. O si quieres tenerla en
papel, fotocopia los capítulos o páginas más relevantes y ve tirándolos a
medida que hayas visitado los sitios para aligerar tu equipaje.
9.
Camisas de gala. Puede que haya una ocasión mientras estás de vacaciones en la
que necesites corbata, pero es prácticamente imposible que llegue a buen puerto
sin una arruga. Cíñete a las camisas todoterrenoque no necesitan grandes dosis
de plancha para verse bien. O alójate en un hotel de cinco estrellas en Dubai y
seguro que alguien te la plancha por ti.
10.
Petardos. Bueno, evita petardos y cualquier otro objeto prohibido como cal
viva, herbicida, fusibles, pastillas para encender fuego, bengalas, hachas y
baterías húmedas.
Con
información de Skyscanner
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